Las doncellas de la noche

Ya se va acabando el día,
Se va oscureciendo el cielo,
Y se acuestan las princesas,
Con un beso y un te quiero.

En un hogar de armonía,
Y al calor de una familia,
Le recuerdan día a día,
Lo bonita que es la vida.

La suerte es una moneda,
Que siempre tiene dos caras,
Yo conozco la que llaman,
Cara de calamidades.

Donde hay llama siempre hay fuego,
Donde hay vida siempre hay muerte,
Donde hay vienes siempre hay males,
¡Maldita sea la suerte!

Viven en cualquier esquina,
Estación o carretera,
Nacen entre las tinieblas,
De la falsa sociedad.

No tuvieron una madre,
Que le contase los cuentos,
Porque se le hacía tarde,
Y nunca tenía tiempo.

¡Ay! criatura del mal,
Que naciste condenada,
No pudiste ni elegir,
Entre la cruz y la cara.

Te subieron al vagón,
De la venta y la impotencia,
Solo eras una flor,
Con dieciséis primaveras.

El amor de compra y venta,
De aquí el que no corre vuela,
Es como una ventolera,
Que no sabe cuando entra.

Jugando a las cuatro esquinas,
Y sin mirar al futuro,
Viendo pasar la vida,
Al amparo de algún chulo.

Se va oscureciendo el cielo,
Ya se acuestan las princesas,
Con un beso y un te quiero.
En el calor de un hogar.

Yo protegeré a esos seres,
Que adornando las esquinas,
Se mueven de coche en coche,
Si tu virgen esta ofendida,
Aquí está tú alma perdida,
Esa que nunca olvida,
A doncellas en las noches.

3 respuestas a «Las doncellas de la noche»

  1. joooooooooooooooo¡¡que bello poema , pero que fuerte ehhhhhhhhhhhh ¡ aunque aveces asi es la vida .te doy un 10 ,….un abrazo artista

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